domingo, 17 de junio de 2012

Las tesis de Judith Butler acerca de la construcción del género


Judith Butler considera que el género no es otra cosa que una identidad construida. El género, es la “repetición estilizada de actos en el tiempo, y no una identidad aparentemente de una sola pieza”[1]. Antes bien, el género debe ser entendido “como la manera mundana en que los gestos corporales, los movimientos y las normas de todo tipo, constituyen la ilusión de un yo generizado permanente”[2]. La teoría de Butler es que el género no es una expresión de algo anterior a su constitución, es decir, el sexo, sino que es la misma constitución del género la que promueve la génesis del sexo. Asimismo, Butler plantea que el mismo sexo es una interpretación cultural[3], es decir, la concepción de sexo como algo natural se ha configurado dentro de la lógica del binarismo de género. Con ello desestimo las teorías que entendían al género como la interpretación cultural del sexo[4] y aquellas que insistían en una inevitable diferencia sexual.
Ahora bien, ¿existe un cuerpo sobre el que se pueda actuar? Sí, pero este cuerpo no es meramente material. En este sentido, Butler sigue a Merleau-Ponty, quién considera que el cuerpo, más que una “especie natural”, es una “idea histórica”. Esto quiere decir, que es por medio de una expresión concreta e histórica hecha efectiva en el mundo como este cuerpo cobra significado. Así pues, el cuerpo no es “una identidad en sí o una materialidad meramente fáctica: el cuerpo es una materialidad que, al menos, lleva significado, y lo lleva de modo fundamentalmente dramático”[5]. Puesto en otros términos, el cuerpo es un cuerpo que se hace y se hace mediante actos. Es decir, el cuerpo actualiza un indeterminado número de posibilidades. Esto implica que  su aparición en el mundo no está determinada por ninguna suerte de esencia interior y que su expresión concreta en el mundo se debe entender como el poner de manifiesto y el volver especifico un conjunto de posibilidades históricas. El cuerpo es siempre “una encarnación de posibilidades a la vez condicionadas por la convención histórica, es una manera de ir haciendo, dramatizando y reproduciendo una situación histórica”[6]. Butler encuentra similitudes entre los actos que constituyen al género y los actos performativos en el contexto teatral. De aquí que el género se puede tomar como estilo corporal y resulte  similar a una performance.
 Empero, para Butler antes que una performance, el género sería performativo. En el género como performance, el género sería una actuación y no atributo con el que contaran los sujetos antes de `estar actuando´. Sin embargo, la idea de performance puede resultar equívoca porque esta actuación del género no es una actuación aislada o un acto que podamos separar y distinguir[7]. En cambio, hablar de performatividad del género implica que la actuación es una actuación reiterada y obligada en funciones de unas normas sociales. El género es hacer una identidad que se supone que ya es. Lo que la teoría de Butler sugiere es que el género no está inscrito sobre el cuerpo ni determinado por la naturaleza; el género “es lo que uno asume, invariablemente, bajo coacción, a diario e incesantemente, con ansiedad y placer […]”[8].  
Para Butler, que la realidad del género sea performativa, significa que es real sólo en la medida en que es actuada. Esto significa que por debajo de las expresiones de género, no hay identidad de género a la que recurrir como fundamento. De esta manera, la identidad de género se constituye performativamente por las mismas expresiones que se postulan como el resultado de una previa identidad.
Butler aclara que su interpretación del género no tiene la pretensión de ser una teoría completa acerca de lo que es el género, de la forma en que este se construye o un programa político feminista[9]. Aunque el hecho de representar políticamente a las mujeres es importante, la filósofa señala que debe hacerse de modo que no se distorsione a la colectividad que se supone que la teoría feminista debería emancipar.  En conclusión, la tesis de Butler plantea que si el cimiento de la identidad del género es la repetición estilizada de actos en el tiempo, y no una identidad homogénea, entonces, en la relación arbitraria de esos actos se hallarán posibilidades de transformar el género.






Bibliografía
Butler, Judith, Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista, en Performing Feminisms: Feminist Critical Theory And Theatre, Johns Hopkins University Press, 1990.  pp. 296-314.


[1] Butler, Judith, Actos performativos y constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista, p.296 en Performing Feminisms: Feminist Critical Theory And Theatre, Johns Hopkins University Press, 1990.
[2] Ibid, p.297.
[3]  En este sentido es visible la impronta de Michel Foucault, que en su Historia de la sexualidad nos dice que “la noción de `sexo´ hace posible reagrupar en una unidad artificial elementos anatómicos, funciones biológicas, conductas, sensaciones y placeres, y permite a cada uno utilizar esta unidad ficticia como principio causal”.  Así pone en evidencia que ni la sexualidad ni el sexo son marcas naturales, esenciales e incuestionables, antes bien son complejos conceptos normativos y disciplinarios.
[4] Como Beauvoir, quien consideraba que la mujer no nace, se hace. Para ella, ser hembra es un hecho sin significado alguno. En cambio, ser mujer es haberse vuelto mujer, es decir, obligar al cuerpo a conformarse una idea histórica de mujer.
[5] Butler, Judith, Actos performativos…, p.299.
[6] Ibid, p. 300
[7] Butler plantea el caso del travesti, que en el escenario puede provocarnos placer y aplausos, pero que sentado junto a nosotros puede provocar ira y violencia.  Eso se debe a que en el teatro se dice: “no es más que actuación” y de este modo, trazar las líneas divisorias entre la performance y la vida (cosa que no sucede con el género). En la calle el acto se vuelve peligroso porque no hay convenciones teatrales que delimiten su carácter puramente imaginario.
[8] Butler, Judith, Actos performativos…, p.314.
[9] Ibid, p. 311.

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